Cuando hablamos de un bronceado de calidad, no nos referimos solo a conseguir un bonito tono de piel, sino a conseguirlo de forma sana y sin ningún riesgo para nuestra piel (bronceado saludable). Debemos tener en cuenta que la genética tiene un papel fundamental a la hora del bronceado, es decir, según el tipo de piel que tengamos, será más o menos sensible y, a la vez, requerirá más o menos tiempo. para obtener el bronceado deseado.
Protección solar
Es el punto más importante a tener en cuenta a la hora de exponer nuestra piel a la luz solar. Siempre siempre siempre usar una protección solar. Da igual si nunca te has quemado o tienes la piel fuerte, la protección es fundamental porque la piel también se quema por dentro. El uso de fotoprotectores hará que consigamos un bonito bronceado, sin quemaduras, rojeces ni ningún otro tipo de daño innecesario. Lo importante es encontrar el que mejor se adapte a nuestras necesidades y tipo de piel. Debes aplicar la protección media hora antes de tomar el Sol y repetirla cada 2 horas o inmediatamente después de salir del agua o haber sudado mucho. Por último, recuerda que el factor de protección solar indica el tiempo que podemos estar al sol antes de volver a aplicar el protector solar.
Exfoliación
Exfoliar la piel el día antes de ir a la playa o piscina es fundamental si queremos conseguir un bronceado uniforme a la vez que duradero. Esto se debe a que al exfoliar la piel estamos eliminando las células muertas que obstruyen y hacen que la piel no esté tan luminosa, hidratada y uniforme.
Cuidado con el tiempo de exposición
Hay que evitar las horas más fuertes y calurosas del día (entre las 12 y las 16 horas), para no recibir la máxima acción de los rayos solares y así poder disfrutar del sol. También es importante evitar el bronceado rápido. Es mejor dedicar sesiones cortas de bronceado para que el bronceado dure más.
Alimentos beneficiosos
La alimentación puede ayudar a conservar un tono de piel saludable y sin manchas que nos proporcione un buen bronceado. Esto lo podemos conseguir consumiendo alimentos ricos en antioxidantes como los que contienen vitamina A (tomate, zanahoria, mango, papaya, calabaza, melocotón…), vitamina C, para obtener los mejores efectos para una piel bonita (cítricos), vitamina E, con propiedades curativas (soja, aguacate, aceite de oliva…) y ácidos grasos omega 3, para una máxima protección e hidratación (nueces, germen de trigo…).
Beber mucha agua
Es muy importante mantenerse hidratado, por dentro y por fuera, así que no olvides ir a remojarte y beber agua de forma regular. Una piel hidratada y de mejor calidad siempre lucirá más bonita y luminosa, por eso la base de todo es siempre mantener la piel sana.
