Últimamente nos encontramos en un mundo en el que las intolerancias alimentarias y alergias vinculadas a los alimentos se han vuelto muy frecuentes. Se estima que más del 10% de la población es sensible al gluten y más del 90% no están diagnosticados. Respecto a la lactosa, entre un 19% y un 28% presenta intolerancia a la lactosa.
Pero, empecemos por el principio, ¿Qué son las intolerancias alimentarias?
Este fenómeno se produce cuando el organismo carece de la enzima encargada de metabolizar un determinado alimento y es incapaz de procesarlo o digerirlo, lo que puede provocar problemas digestivos. Los síntomas que pueden aparecer van desde dolor abdominal y distensión abdominal, náuseas y vómitos, diarrea hasta estreñimiento y gases. Las intolerancias más comunes que suelen aparecer son a la lactosa, fructosa, gluten e hipersensibilidad al alcohol.
¿Cuáles son las posibles causas de las intolerancias?
Existen varios motivos por los que puede aparecer una intolerancia, entre los más conocidos se encuentran:
- Sensibilidad a los aditivos alimentarios.
- Daño a la pared del intestino delgado, ya que permite que sustancias nocivas ingresen al torrente sanguíneo.
- Falta o mal funcionamiento de ciertas enzimas para procesar los alimentos, como la lactosa. Tu cuerpo no produce la enzima lactasa y hace que no toleres bien cuando bebes leche, comes yogur, queso, etc.
- Mal funcionamiento o baja cantidad de transportador para la absorción de nutrientes.
- Estrés recurrente o trastornos psicológicos.
Enzimas digestivas
Existe un tipo de moléculas llamadas enzimas digestivas gracias a las cuales se produce la digestión ya que son las encargadas de absorber fácilmente los nutrientes de lo que ingerimos. Los más comunes son los siguientes:
- Amilasa: ayuda a digerir los carbohidratos.
- Lipasas: ayuda a digerir las grasas.
- Proteasa o peptidasa: ayuda a descomponer las proteínas.
- Lactasa: ayuda a digerir la lactosa.
El papel de los probióticos con las enzimas digestivas
No solo las enzimas digestivas nos ayudan a tener una mejor digestión, los probióticos también pueden ser buenos aliados. Los probióticos son bacterias muy beneficiosas que se encuentran en nuestros intestinos y mejoran la salud general del organismo, además de facilitar la absorción de nutrientes, estimulando la digestión y ayudando a las defensas. Los probióticos ayudan a combatir y prevenir enfermedades intestinales, como la colitis e incluso el síndrome del intestino irritable. También regulan el tránsito intestinal, ayudan a generar anticuerpos y aumentan la absorción de nutrientes. Existen 3 cepas bacterianas imprescindibles para mejorar nuestro sistema digestivo:
- Lactobacillus gasseri KS-13: estabiliza la microbiota beneficiosa y mejora la función inmunológica. Mejora la función intestinal.
- Bifidobacterium bifidum G9-1: ayuda a reducir los casos de diarrea y estreñimiento, mejorando la salud gastrointestinal.
- Bifidobacterium longum MM-2: regula los síntomas asociados al síndrome del intestino irritable. Acorta y disminuye la severidad de la diarrea aguda.
Las enzimas digestivas son necesarias para gozar de una buena salud, al igual que tener una buena cantidad de probióticos en nuestro organismo. Como hemos dicho, puede ocurrir que las enzimas no estén haciendo su trabajo correctamente y que no tengamos suficientes cepas probióticas, por lo que pueden producirse malas digestiones o incluso la aparición de intolerancias.
Intolerancias alimentarias frente a alergia alimentaria
Al principio hablábamos de intolerancia y alergia, pero hay que tener en cuenta que no podemos meterlas en el mismo saco, ya que existen algunas diferencias entre ambos conceptos ya que los síntomas y el momento en que aparecen son diferentes:
- Cuando hay alergia a algún alimento, sucederá lo mismo que si se es intolerante al mismo, pero con la diferencia con una alergia será la aparición de urticaria, inflamación en la boca y/o labios y en algunas ocasiones podría incluso afectar el sistema respiratorio, teniendo dificultad para respirar.
- Cuando hay una alergia, los síntomas aparecerán después de aproximadamente media hora. Sin embargo, cuando se es intolerante hay un margen de aparición de síntomas desde el día siguiente hasta años después.
Recuerda que ante la aparición de cualquier síntoma de intolerancia alimentaria, debes consultar a tu profesional sanitario, con el fin de detectar de qué alimento se trata y a partir de ahí realizar una dieta específica en la que evites la ingesta de la sustancia que provoca la intolerancia. Siempre bajo la supervisión de un profesional de la salud, otra opción podría ser tomar complementos alimenticios, ya que ayudarían a combatir muchos de los síntomas que aparecen con la intolerancia, aportándote todo lo que tu organismo necesita para una mejor digestión