Lucir una piel sana, bonita y sin imperfecciones es una de las mayores obsesiones beauty de la década. Ahora que llega el verano se le añade la búsqueda de un bronceado dorado, uniforme y, sobre todo, duradero.
La gran mayoría de nosotros tenemos bastante conciencia de lo peligroso que puede llegar a ser el sol y de las precauciones que hay que tomar para obtener sus beneficios sin peligro alguno. Aún así conseguir un bronceado perfecto y que no nos de problemas (a veces) puede ser complicado. Entre los obstáculos que podemos encontrarnos, a corto plazo, están las alergias solares, las temidas manchas, las quemaduras, la sequedad de piel etc.
¿Hay alguna forma de remediar todo lo nombrado y llevarnos sólo lo mejor del sol?
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La base para conseguir un bronceado perfecto
Pues algo tan sencillo y básico como mantener la piel bien hidratada y cuidada. Cuanta más calidad tenga nuestra piel mejor responderá delante del sol. Evidentemente esto no es tan sencillo y pueden surgir pequeños problemas, aún así, cuanto más hidratada tengamos la piel mejor bronceado. Esto es como el maquillaje, si no tenemos una buena base y la calidad de nuestra piel deja mucho que desear, la base no quedará tan bien como esperamos.
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La mejor forma de hidratarse
Pasa por comer bien, incluyendo abundantes frutas y verduras, beber el agua suficiente (si nuestro cuerpo está deshidratado podemos llegar a sentirnos deprimidos), escoger una buena hidratante facial y corporal, proteger nuestra piel del sol cada día y sin excepción y dormir bien. Esto que parece tan sencillo muchas veces nos cuesta cumplirlo, así que lo mejor es intentar cogerlo como rutina e incorporarlo en nuestra vida como un quehacer más.
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El mejor remedio antiaging
Vamos a insistir en un tema absolutamente importante y en el que las asiáticas nos llevan mucha ventaja, y es que hay que usar protección solar cada día, sea invierno o verano, eso es el mejor remedio antiaging.
Evidentemente durante los días de verano proteger nuestra piel del sol debería ser casi una obligación, independientemente de si la tenemos más o menos clara o más o menos sensible. Es importante recordar que aunque nuestra piel no se queme con facilidad le afectan igual los efectos nocivos del sol y como tiene memoria en un futuro acabarán saliendo las temidas manchas, arrugas etc.
También es importante recalcar que hay que reaplicar el protector solar y que el número de spf no tiene nada que ver con la protección, sino con el tiempo que tiene que pasar entre aplicación y aplicación.
Como decíamos, ¡la piel tiene memoria! Así que cada agresión y daño acabará apareciendo a la larga.