A estas alturas, ya debéis estar informados sobre los efectos adversos que pueden provocar la polución y la contaminación en nuestro organismo, así como de los posibles daños que puede conllevar nuestro estilo de vida actual para nuestra salud.
Las alergias están aumentando considerablemente, así como las enfermedades autoinmunes u otro tipo de dolencias más graves.
Vivimos rodeados de químicos que, inevitablemente, penetran en nuestro organismo. Por este motivo palabras como, eco friendly, green, sostenible y orgánico, entre otras, se están colando en nuestro día a día y posicionando como las tendencias más destacables.
Como decíamos, el aire urbano está lleno de químicos, también de metales pesados que, no solo abundan en las zonas urbanas sino también en la naturaleza. Por ejemplo, el mercurio, además de hallarse en pinturas y en baterías, contamina el pescado del mar y se emplea en empastes dentales.
EL INGREDIENTE OLVIDADO
En todo este contexto hemos descubierto un ingrediente de toda la vida, el ajo, hace 5.000 años que los egipcios conocían las propiedades de este ingrediente. Podemos encontrar documentos en los que se ve como a la gente que preparaba las pirámides se les administraba ajo justamente para que tuvieran más energía y vitalidad.
Durante el imperio romano, Galeno, les daba a los gladiadores ajo para que pudieran gestionar adecuadamente sus frecuentes combates.
Finalmente, los griegos, también daban ajo a los atletas olímpicos como reconstituyente.
La prestigiosa Doctora Helena Rutllant, especialista en nutrición en la Clínica Corachán de Barcelona, nos respondió a tres preguntas sobre este ingrediente en una entrevista pasada.
EL AJO COMO MEDICINA
El ajo, que todos conocemos, tiene unas propiedades fantástica y maravillosas para nuestra salud. Durante años ha sido ignorado como ingrediente medicinal, ya sea por su relación directa con la superstición ancestral que predicaba que para librarse de los demonios había que comer ajo. O quizás haya sido ignorado por su fuerte olor y los problemas sociales que puede producir.
Sea como sea, lo cierto es que el ajo tiene unas propiedades muy beneficiosas para nuestra salud y, si no lo habéis hecho ya, deberías incorporarlo a vuestras vidas.
Desde hace unos años han empezado a aumentar el número de científicos que hablan sobre los beneficios del ajo. Se han publicado más de mil informes científicos sobre los diversos aspectos de Allium, también varios excelentes artículos en prestigiosas revistas. Es uno de los ingredientes con más estudios que avalan su efectividad.
SUS BENEFICIOS
Como decíamos, el ajo tiene muchísimas propiedades beneficiosas para nuestro organismo, pero a grandes rasgos, sus beneficios más destacables son estos:
- Bactericida
- Viricida
- Fungicida
- Vermífugo, hay estudios que demuestran que es útil para tratar lombrices y oxiuros
- Vasodilatador, es decir, regula la presión arterial, tanto si la tienes alta como si la tienes baja
- Contiene sustancias antitumorales como la alicina
- Contribuye al detox hepático
- Colabora con la conjugación del colesterol hepático
- Contiene muchos oligoelementos y nutrientes
- Baja la homocisteína
- Es anticoagulante
- Es rico en calcio, azufre, yodo, magnesio, manganeso, fósforo, potasio, selenio, zinc y vitaminas del grupo B.
AJO COMO DETOXIFICADOR
Uno de los beneficios más destacables del ajo es su capacidad detoxificante. El proceso de detoxificación es efectuado, normalmente, por el hígado, el órgano más grande del cuerpo humano. Además de regular los azúcares y metabolizar lípidos y proteínas, el hígado desintoxica el alcohol, los medicamentos y otros productos químicos tóxicos que penetran en nuestro cuerpo. En el caso de que las células hepáticas se desintegraran, el hígado perdería su función y la vida estaría en peligro.
El ajo, protege contra las lesiones de las células hepáticas. Esto se produce porque los componentes del ajo ejercen su protección inhibiendo la generación de radicales libres y previniendo la oxidación de los peróxidos lipídicos, sirviendo así como potentes antioxidantes.
EL AJO AÑEJADO
El extracto de ajo añejado se produce a partir de ajo cultivado de manera orgánica, sin fertilizantes químicos, pesticidas ni herbicidas. Posteriormente se somete a un proceso de envejecimiento durante 20 meses en tanques de acero inoxidable y en frío.
Lo más importante a destacar es que este tipo de ajo no repite ni produce olor, por lo que podemos consumirlo libremente y sin pensar en los efectos secundarios del ajo convencional.
Como decía Hipócrates: ‘’haz que el alimento sea tu mejor medicina’’.