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¿Estamos ante una dieta con un gran potencial cancerígeno?

Carcinógeno: que tiene el potencial de causar cáncer. La alimentación es muy importante, como decía Hipócrates con la frase “Que el alimento sea tu medicina y la medicina sea tu alimento”. Hay que pensar que desde que nacemos hasta que morimos hay algo que hacemos todos los días, incluso varias veces en el mejor de los casos: comer. Por tanto, si nos alimentamos a base de una dieta equilibrada y sana nos hacemos un gran favor a lo largo de nuestra vida, de lo contrario entramos en una fase de agresión continua que nos acabará cobrando un alto precio, afirma la Dra. Helena Rutllant, jefa de nuestra línea de Oncología. y Especialista en Nutrición y Médico de la Clínica Corachán de Barcelona.

¿Qué hacemos mal al elegir nuestra dieta?

La doctora Rutllant es contundente en su respuesta: “hemos abandonado la dieta de nuestras abuelas”. Ha pasado de ser horas en la cocina a tan solo unos minutos para calentar o freír platos precocinados. Preferimos comer alimentos muy refinados. Persistimos en comer frutas y verduras fuera de temporada.

Antes la gente compraba productos locales, a veces incluso directamente al agricultor y comía lo que la temporada les daba, en invierno la fruta que abunda es la naranja, rica en vitamina C, buena para las mucosas y para los resfriados y en verano frutas como la sandía u otras de melón, muy rica en agua que nos ayuda a evitar la deshidratación.

Empezamos a hacer las cosas mal cuando todas las frutas y verduras están disponibles en cualquier época del año. Cuando cambiamos el curso de la naturaleza estamos distorsionando un equilibrio y ese no es el único problema.

Hoy en día obligamos a una planta a crecer rápido y no enfermar, cuando al final una planta tiene que hacer un esfuerzo para crecer ayudará a desarrollar un mecanismo de protección y ser más resistente. Un ejemplo es el maqui que crece en condiciones extremas de temperatura y sequía en Chile, en cuanto se cultivó en zonas más cómodas resultó que el fruto contenía menos poder antioxidante, contenía más agua y disminuía gran parte de sus propiedades

Cuando utilizamos tantos productos para “proteger la planta” de los agentes externos, en el fondo estamos bloqueando la capacidad innata de la planta para defenderse y al mismo tiempo hacer que absorba contaminantes a través de la tierra, las hojas y los frutos. Tenemos un claro ejemplo con el ajo y las setas, son capaces de absorber todo lo que contiene la tierra que les rodea. Por tanto, si contaminamos las tierras de cultivo, la fruta acabará incorporando todas esas toxinas.

La sociedad en la que vivimos

Ha habido un importante punto de inflexión en la década de los 60-70, durante este periodo se produjo una mejora en el nivel de vida de muchas familias y el consumo de proteína animal aumentó considerablemente en detrimento de la disminución del consumo de proteína vegetal, legumbres , que solía ser la mayor fuente de proteínas en muchos hogares. Casi en paralelo comenzaron a consumir una mayor cantidad de alimentos procesados, refinados, etc.

Pagamos por la estética, y comemos con los ojos, preferimos una manzana enorme, brillante y sin manchas, no importa si lo que la hace brillar es una capa de cera o material plástico, probablemente poco recomendable para nuestra salud, cuando se toma en exceso .

Al igual que queremos que una planta crezca rápido y saludable, hacemos lo mismo con los animales, los medicamos para que no se enfermen, los “hinchamos” alimentándolos con alimentos que contienen productos para que alcancen un peso elevado en poco tiempo. de tiempo y todo esto acaba acumulándose en ese organismo que tarde o temprano terminará en nuestra mesa.

Si sumamos todos estos cambios y lo prolongamos en el tiempo, estaremos de acuerdo en que “estamos ante una dieta con un potencial cancerígeno mucho mayor”. Si a todo esto le sumamos factores como: el tabaquismo, la contaminación, el estrés, el insomnio, las ondas electromagnéticas… “estamos creando una sociedad enfermiza”. Afortunadamente, sin embargo, existe un sector de la población sensible al tema, que busca alimentos de temporada, libres de contaminantes y que apuestan por volver al campo, siendo sus propios productores y/o proveedores de alimentos, viviendo en un forma más relajada y saludable.

Debemos ser moderados en el consumo de muchos productos y generosos en el consumo de otros.

Carbohidratos

No tenemos que estigmatizar ningún alimento, solo tenemos que saber cuáles son los nutrientes básicos y cómo podemos incorporarlos en todas nuestras comidas. Cuando pensamos en hidratos de carbono solemos pensar en pasta, arroz, patatas, pero hay que romper ese mito, una verdura también es un hidrato de carbono. Actualmente no solo se valora la cantidad de carbohidratos, sino la rapidez con que se digiere y se absorbe.

Casi todos los alimentos que extraemos del suelo o de una planta o árbol que está en el suelo son carbohidratos; aquí haríamos un pequeño matiz con aceitunas o aguacates que tienen un alto contenido en grasas.

Prefiero usar el término carbohidratos saludables y carbohidratos que no son tan recomendables.

Los “no tan recomendables” son los más refinados, azúcar blanco, harina blanca para panes y pastas, arroz blanco… con esto quiero indicar que sus equivalentes en cáscara (integral, arroz integral, en general todo tipo de cereales integrales) son una opción mucho más beneficiosa y completa. La fibra está recomendada para pacientes con diabetes, enfermedades cardiovasculares, dislipidemias y quelantes de toxinas intestinales. Hay muchos estudios que muestran que los pacientes diagnosticados con cáncer colorrectal han tenido dietas pobres bajas en vegetales y fibra durante años.

Con todo esto hay que decir que la función principal de los hidratos de carbono es proporcionarnos energía (4 calorías por gramo) y son necesarios, deben aportar entre el 40 y el 55% de la ingesta calórica diaria. Es fundamental estudiar y recomendar las necesidades de cada individuo según edad, actividad física, coexistencia de una enfermedad, etc.

Grasas ¿Sí o no?

Cuando se pregunta si la grasa es necesaria en nuestra dieta, la respuesta es sí. Necesitamos grasa para absorber las vitaminas liposolubles (A, D, E, K), para construir las membranas celulares, para obtener energía (9 calorías por gramo), etc. Nuestro cerebro está compuesto por un 60% de grasa y colesterol.

Ante la pregunta de qué tipo de grasa es la más adecuada, diremos que las de origen vegetal son las más saludables: aceite de oliva virgen extra, aguacate, frutos secos, aceite de lino… También conocidas como grasas insaturadas, líquidas, a temperatura ambiente.

Reservaremos consumos esporádicos; por tanto menos saludables, conocidas como grasas saturadas, generalmente de origen animal, mantequilla, quesos grasos, nata, carnes grasas, etc. Cada vez oímos más hablar de las grasas “trans”, que son aquellas que proceden de los aceites vegetales hidrogenados, consiguiendo endurecerse y consiguiendo en la mayoría de los casos una gran palatabilidad, aunque su efecto a nivel de nuestra salud es negativo. Se relacionan con el aumento del LDL o colesterol malo y la disminución del HDL o colesterol bueno.

Sepa también que el aceite, al igual que el aceite de oliva virgen extra, si se utiliza para freír puede caer en el error de pensar que es una grasa saludable pero mediante el proceso de calentamiento lo convertimos en un producto que se degrada convirtiéndose en compuestos altamente nocivos con capacidad oxidante.

¿Cómo podemos mejorar nuestra dieta?

La solución es fácil, llevar una dieta saludable y equilibrada es posible: comer variado y sano, respeta los productos de temporada. Trate de comer menos productos manufacturados. Verduras, legumbres y frutas a diario. Limite los productos procesados, incluya proteína de alta calidad. Utilice aceite de oliva virgen crudo para aliñar ensaladas y verduras.

Utiliza cereales integrales en la medida de lo posible, evita el azúcar blanco, tenemos que ser conscientes de que muchos tipos de alimentos contienen azúcares mixtos sin poder percibirlos como patatas fritas, frutos secos tostados etc…La salud empieza por uno mismo, respetándose a uno mismo, respetando el Medio Ambiente

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