Nuestra piel utiliza la luz del sol para producir vitamina D, esencial en nuestro organismo para la formación normal de los huesos. Aunque a veces, los rayos ultravioletas pueden ser perjudiciales para la salud. La capa de la piel más superficial se llama epidermis y tiene células que contienen el pigmento melanina, que protege a la piel de los rayos ultravioletas, ya que pueden llegar a quemar la piel y reducir la elasticidad, por lo tanto, estaremos hablando de un envejecimiento prematuro de la piel.
Capas de la piel
La piel es el órgano más grande del cuerpo y sirve para muchas funciones importantes, como, por ejemplo:
- Proteger al cuerpo de traumatismos
- Regular la temperatura corporal
- Mantener el equilibrio hidroelectrolítico
- Sensación de estímulos dolorosos y agradables
- Síntesis de vitamina D
Está formada por 3 capas: epidermis, dermis e hipodermis
Epidermis: es la capa más externa de la piel y protege los órganos internos, los músculos, los nervios y los vasos sanguíneos ante cualquier posible traumatismo. Hay zonas del cuerpo en las que se necesita mayor protección, como puede ser las palmas de las manos y las plantas de los pies, por ello, la capa de la piel es mucho más gruesa.
Dermis: es una capa delgada y de un tejido fibroso y elástico, está formado sobre todo por colágeno, que da a la piel esa flexibilidad y consistencia. Esta capa contiene terminaciones nerviosas, glándulas sudoríparas y glándulas sebáceas, folículos pilosos y vasos sanguíneos.
Hipodermis: ayuda a aislar el cuerpo del calor y el frío y sirve para almacenar energía. La grasa se almacena en células vivas, que se llaman células grasas, que se unen entre sí por un tejido fibroso.
Qué es la luz ultravioleta
Es una luz que no es posible que el ojo humano vea, es el componente de la luz solar con mayor efecto sobre la piel. Este tipo de luz UV, se puede clasificar en 3 tipos, según su longitud de onda: ultravioleta A (UVA), ultravioleta B (UVB) y ultravioleta C (UVC).
UVA: atraviesan con facilidad la atmósfera, alcanzando mayoritariamente la superficie terrestre
UVB: tienen mayores dificultades para traspasar la atmósfera. Son los que pueden producir más daños graves en la piel
UVC: no consiguen atravesar la atmósfera, son absorbidos por la capa de ozono
Casi toda la radiación UV que llega a la Tierra es UVA, aunque algo de UVB también. Ambas radiaciones pueden afectar a la salud, pero la primera (UVA) penetra más profundamente en la piel y es más constante durante todo el año. La OMS recomienda de 5 a 15 minutos de exposición al sol, 2 o 3 veces por semana.
Debido a la disminución de la capa de ozono, que es una capa protectora que hay en la atmósfera, la radiación UV que alcanza la Tierra está aumentando, por lo tanto, debemos tener más cuidado y protegernos más.
Efectos negativos a corto medio y largo plazo
Corto plazo
Cuando tomas el sol de manera inadecuada y excesiva, lo primero que sucederá es que aparecerá enrojecimiento en tu cuerpo. Aparecerá a las pocas horas de iniciar la exposición al sol y alcanzará su máxima intensidad pasadas las 12-24 horas. Cuando la exposición es muy prolongada puede llegar a aparecer una quemadura más profunda que desemboque en inflamación, edema y ampollas. Las quemaduras son producidas por los rayos UVB, penetran poco en la piel, afectan a la epidermis y solo un 10% llega a la zona donde se unen la epidermis con la dermis.
Largo plazo
Factores externos como la polución ambiental, humo, tabaco, y los rayos UV, de tipo A, provocan la formación de radicales libres que dañan las células y provocan envejecimiento de la piel. Los radicales libres son moléculas que se producen en nuestro organismo, que atacan el colágeno y la elastina, generando una pérdida de elasticidad y firmeza, lo que provoca la aparición de arrugas y líneas de expresión.
Efectos positivos del sol
- Vitamina D: los rayos solares ayudan a que nuestro cuerpo produzca vitamina D en la piel, para así poder absorber el calcio y fosfato de los alimentos, minerales necesarios para tener los huesos sanos.
- Estado de ánimo: el sol mejora el estado de ánimo, ya que aumenta la liberación en el cerebro de la hormona llamada serotonina, que también ayuda a sentirte tranquilo y concentrado.
- Aspecto de la piel: si usas la protección necesaria y te expones las horas oportunas, el sol mejorará el aspecto de tu piel. Pueden llegar a mejorar el acné, la psoriasis o el vitíligo.
- Estimula las defensas: la luz solar mejora la calidad de la sangre, aumenta el número de glóbulos rojos y glóbulos blancos, por lo tanto, refuerzan las defensas del organismo frente a posibles infecciones.
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