Durante la época de frío es común escuchar mil y un consejos para prevenir gripes y constipados, como por ejemplo el famoso zumo de naranja. Es cierto que fomentar el consumo de vitamina C ayuda a tener un sistema inmune más fuerte y preparado para combatir patógenos, además de ser un gran antioxidante.
También podríamos hablar largo y tendido de las virtudes de la vitamina E, que aumenta la respuesta inmunológica y que podemos encontrar en la pasta integral, los frutos secos, el aceite de oliva, los vegetales de hoja verde y el pan.
Luego están los betaglucanos, que serían como la panacea para mantener nuestras defensas despiertas y activas.
¿Qué son?
Los beta-glucanos son nutrientes que forman la pared celular de levaduras, hongos, bacterias y de algunos granos como la avena o la cebada, y su función es, básicamente, inmunomoduladora. Aumentan la resistencia del organismo frente a los patógenos invasores, o dicho de otra manera, ayudan a prevenir gripes y constipados, por ejemplo.
¿Cómo actúan?
Técnicamente, los beta-glucanos activan la producción de macrófagos, neutrófilos, monocitos y células Natural Killer, modulando así la respuesta inmune. Hablando de forma más mundana, los betaglucanos actúan como si fuera un virus o patógeno que entra en nuestro cuerpo. Esto hace que nuestras defensas se pongan en marcha y, así, se mantengan activas para cuando realmente nuestro organismo sufra un ataque nocivo.