El sistema nervioso es uno de los sistemas pilares de la homeostasis, controlando la regulación de las señales e interrelacionando todos los sistemas orgánicos. A pesar de su importancia global, cabe destacar que entre sus subsistemas, el autónomo es el encargado de mantener nuestra homeostasis corporal, dado a sus funciones en el control de señales involuntarias que nos mantienen en vida. El sistema nervioso autónomo interviene en las respuestas de lucha o huida gracias al SNA (sistema nervioso autónomo) simpático, así como en las respuestas de alimentación y reposo gracias al SNA parasimpático. Además, ejerce una estrecha relación con el sistema digestivo a través del SNA entérico, regulando el flujo de neurotransmisores y condicionando respuestas de tipo psicológico.
El sistema nervioso tiene, además, influencia en los estados anímicos, dado que nuestros comportamientos más básicos (felicidad, agresividad, miedo, etc.) están definidos por la fisiología de nuestra especie. Muchos desequilibrios del sistema nervioso se manifiestan en otros sistemas orgánicos. A pesar de ello, varios desequilibrios tienen repercusiones directas sobre el sistema nervioso. Para tener un sistema nervioso sano es esencial mantener un estilo de vida activo, así como una dieta variada y equilibrada. Estos factores pueden ayudar a evitar distintas patologías que se dan habitualmente en las sociedades occidentales.
Desequilibrios homeostáticos del sistema nervioso
Las evidencias científicas demuestran que algunos de los desequilibrios del sistema nervioso se pueden prevenir o reducir tan solo con mantener una dieta equilibrada e ingiriendo ciertos alimentos, descritos en un artículo que hicimos anteriormente. A continuación algunos de los desequilibrios del sistema nervioso más comunes.
La ansiedad es una respuesta normal al estrés que se produce cuando nuestro bienestar se ve comprometido. La ansiedad, a menudo, ocurre inapropiadamente en respuesta a eventos diarios y se genera una condición debilitante. Los síntomas de los trastornos de ansiedad, acostumbran a ser crónicos y pueden incluir síntomas como la dificultad para concentrarse, irritabilidad, músculos tensos, alteraciones del sueño y preocupaciones psicológicas crecientes.
La depresión es un estado de ánimo bajo y una aversión a las actividades sociales que puede afectar al comportamiento, sentimientos y sensación de bienestar. Recientes investigaciones relacionan la depresión con distintos fenómenos metabólicos, como puede ser la inflamación gastrointestinal, la resistencia a la insulina y/o el elevado estrés oxidativo.
El desorden afectivo estacional o astenia se caracteriza por un incremento del apetito y de la necesidad de dormir más horas de lo normal. Esta situación contribuye a menudo a sentirse con estados depresivos. La astenia, es causada por una alteración en el ritmo circadiano debido a la reducción de la duración del tiempo solar.
El insomnio es el trastorno más común del sistema nervioso. Se caracteriza por la imposibilidad de dormir bien. Durante la noche, distintos procesos de recuperación tienen lugar en el cuerpo, sin ellos, nuestro cuerpo no sería capaz de reparar todos los daños que se producen a lo largo del día. Por lo tanto, el insomnio tiene riesgos asociados como pueden ser las enfermedades cardiovasculares, la ansiedad y potencialmente el cáncer. También se asocia al incremento de la mortalidad en adultos.
Migraña
La migraña es uno de los desequilibrios más frecuentes en las sociedades occidentales, suelen ser recurrentes y sus síntomas incluyen el dolor de cabeza habitualmente asociado con náuseas y fotofobia. Los científicos sugieren que es el resultado de una disfunción compleja del sistema nervioso central y recomiendan cambios especialmente en la dieta –generalmente la reducción de quesos y alcohol-.
Un tratamiento antiinflamatorio alternativo es la combinación de la ergotamina, un tipo de alcaloide ergótico, y la cafeína para prevenir el dolor de cabeza.
Para regular estos trastornos, es importante seguir una dieta rica en ácidos grasos omega-3, ácido alfa-linolénico, ácido docosahexaenoico, ácido eicosapentaenoico, bioelementos como magnesio, biomoléculas como coenzimas Q10, Nadh, serina, compuestos vegetales como amapola de california, pasiflora, valeriana y vitaminas B6, B12 y C.