Cristina Tamames-Tabar farmacéutica y Doctora en farmacia y ciencias químicas, realizó su tesis doctoral en un laboratorio de química de materiales, entre Francia y España. Más tarde hizo un máster de gestión y un programa de dermofarmacia, por eso, su farmacia, que podéis encontrar en Sant Vicenç dels Horts, está especializada en piel.
Tal y como ella misma dice, lo clásico nunca pasa de moda, aunque es importante recalcar que lo natural no es inocuo. Podemos poner de ejemplo uno de los primeros quimioterápicos del mercado es un fármaco que proviene de la corteza de un árbol.
En esta entrevista nos habla en profundidad sobre el cuidado de la piel y uno de los mejores tratamientos antiaging que existen, proteger la piel del sol.
¿Qué opciones de fotoprotección encontramos actualmente en el mercado?
Hay dos tipos de filtros a nivel europeo, los filtros físicos o minerales y los filtros químicos. A día de hoy, el filtro 100% natural no existe, aunque es cierto que hay algunos aceites, como el de argán, que se está viendo que tiene una pequeña protección frente algún tipo de radiaciones. Aunque todos los filtros son inocuos, si queremos ponerlos en una piel muy joven, como por ejemplo la de un bebé, nos decantaremos más por los filtros físicos o minerales.
Mucha gente piensa que, si se aplica un filtro químico, se absorberá y pasará al corriente sanguíneo. Esto no es cierto, aunque sí que es cierto que una piel más sensible debería optar por un filtro físico, puesto que será menos irritante.
¿Y qué pasa con los disruptores endocrinos de los que tanto se está hablando últimamente?
Los disruptores endocrinos son unas partículas o sustancias químicas que imitan a nuestras hormonas. Provienen, mayoritariamente de nuestra alimentación. Por ejemplo, si tiramos plástico en el mar, este entrará dentro de la cadena trófica de los animales que viven ahí y, finalmente, acabará en nuestro organismo. Deberíamos tomar conciencia de estas cosas porque se ha visto que a largo plazo tendrá consecuencias, a nivel medioambiental y de salud.
¿Qué es exactamente la fotoprotección oral?
Cada vez hay más fotoprotectores orales y su función es la de aportarnos muchos antioxidantes. Esto nos interesa porque cuando vamos al sol, somos una especie de filete gigante al grill, lo cual produce una inflamación en nuestro organismo. Cuando hay una inflamación la piel se va descamando porque se va deshidratando. El sol es uno de los agentes oxidantes más grandes que hay.
Cuando nos oxidamos nos inflamamos, puesto que toda oxidación va asociada a una inflamación. En el caso del sol, esta inflamación, también llamada inflammaging, nos provocará un envejecimiento prematuro de la piel. Si tomamos un fotoprotector oral rico en antioxidantes, evitaremos una gran parte de esta oxidación y como consecuencia del inflamaging.
Todos envejeceremos, es una realidad como un templo, pero podemos hacerlo de una forma sana o no sana.
¿Entonces, con protegernos la piel los 365 días del año con un fotoprotector tópico, no sería suficiente?
Yo creo que no, porque al final, por el solo hecho de respirar nos oxidamos y en cuanto a los solares, a día de hoy, aun no los estamos aplicando bien, puesto que no ponemos la cantidad suficiente, no los reaplicamos y es imposible llegar a todos los rincones de nuestro cuerpo. Además, aún sigue vigente esta idea en la sociedad de que el fotoprotector solo hay que usarlo cuando vamos a la piscina o al a playa, lo cual es un grave error.
Yo creo que debemos ser muy conscientes con el sol, porque a menudo veo que solo la gente muy blanca o que se quema con facilidad, tienen esta conciencia y no debería ser así.
Personalmente sufro de rosácea, que es una inflamación crónica de la piel que empeora con el sol, el estrés, cierta alimentación, con dormir mal y con temas hormonales. Entonces, si utilizo algo que me ayude a que la piel no se me inflame más, voy a tenerlo todo más controlado y en mejores condiciones. Si no me pongo un fotoprotector adecuado para mí, todas las veces que sea necesario y con la cantidad suficiente, no me estaré protegiendo adecuadamente y, como consecuencia, mi piel sufrirá una inflamación que, sostenida en el tiempo, provocará un envejecimiento prematuro.
Hay que utilizar la fotoprotección oral junto con un fotoprotector tópico.
¿Para qué personas estaría especialmente indicado un fotoprotector oral?
Definitivamente, para las pieles sensibles o con patologías como la rosácea, debería ser un imprescindible. También para aquella gente que toma medicación. A menudo, se piensa que la medicación que produce manchas o hipersensibilidad son los medicamentos raros, pero eso no es así. Un ibuprofeno o las pastillas anticonceptivas pueden provocar fotosensibilidad, por eso hay que ir con mucho cuidado.
¿Entonces, también deberíamos seguir una alimentación antioxidante?
Mira, en la farmacia hacemos estudios de piel y creamos rutinas y una de las primeras cosas que pido es seguir una dieta rica en antioxidantes. Si evitamos tomar azúcares, productos procesados y todo aquello que nos inflama y oxida, conseguiremos una piel lo más bonita y sana posible.
¿Qué ingredientes son los más innovadores, actualmente, para el cuidado de la piel?
Como antioxidante me gusta mucho el espino amarillo por todo el tema de los omegas que contiene. Es un ingrediente muy interesante porque contiene una gran cantidad de omega-7 (entre otros) muy necesario para que la piel esté en buenas condiciones y además, es prácticamente único en el reino vegetal.
También me gustan otras plantas que ayudan a bajar la inflamación como la cúrcuma y el bambú.
¿Qué otros tratamientos o cuidados complementarios recomendarías?
Lo básico es realizar una buena higiene, hidratación y protegernos adecuadamente del sol. Si no limpiamos la piel en condiciones, las partículas de polución y demás se quedarán adheridas a la piel y esta se inflamará. Si no nos hidratamos bien, la piel empezará a tirar hasta que se rompa, lo que significa que la protección que tenemos por fuera, a base de bacterias buenas, desaparecerá. Y en cuanto a la fotoprotección, volver a recalcar que el mejor tratamiento antiaging es un buen fotoprotector.
¿Cómo debería ser un buen fotoprotector?
Una buena fotoprotección no solamente es ultravioleta A y B sino que también tiene que protegernos de los rayos infrarrojos y visible. Si solo tiene la protección ultravioleta, nos estaremos protegidos un 5% y no al 100%.
A día de hoy también hay fotoprotectores con filtros antipolución y la luz azul, lo que en mi opinión es muy interesante. En una piel sensible, un fotoprotector antipolución es básico puesto que la piel tiene poros, lo que no deja de ser agujeros. Cuanto más grande es ese agujero (pieles mixtas y grasas) más porquería entrará dentro y si tenemos una piel sensibilizada como, por ejemplo, con rosácea, nos encontraremos con un agujero grande y un ácaro que se pone allí dentro. Todo el mundo tiene este ácaro, pero la gente con rosácea, al tener mala absorción de mucosas, tiene a este ácaro alimentándose de la sangre que queda estancada por la rotura de los capilares. Si utilizamos un polímero que se degrada biológicamente que haga como una malla abriendo estos poros y agujeros, vamos a hacer que la piel se ensucie menos y como consecuencia se inflame menos.